Voy a tratar un tema que, aunque parece que tiene poco juego, siempre da de que hablar.
¿Conoces realmente a todo aquel que dices conocer? O dicho de otra manera, ¿realmente conoces de verdad a la gente que quieres?
Hoy en día incluso tu sombra te pide algo a cambio por cubrirte las espaldas, o hay sol o no sale... así son la mayor parte de las amistades, quiero decir, que se fundamentan en el "O recibo esto o puedes esperar sentado". Actualmente, puedes sentirte orgulloso si encuentras una persona que dé sin pedir nada a cambio, que actúe por tu bien preocupándose por tus problemas, y no por si éstos pueden derivar en problemas que le impliquen de manera directa.
Realmente, no me parece justo meter a todo el mundo en el mismo saco. Sigue existiendo gente que realmente merece la pena. Lo triste, es que esa gente no se da cuenta de lo que valen.
En cambio, nos acercamos a la gente que realmente no importamos. Actuamos movidos por la falsedad y por los "Seguro que cuando lo necesite me ayudará". Puede que sea triste, pero la vida me ha llevado a considerar amigos solo a aquellos que puedo contar con los dedos de una mano. Aquellos que desde el primer momento están incluso cuando no lo pido y que son capaces de llorar cuando yo lo hago.
Realmente, no es algo tan triste. Me enorgullece saber que cuando necesito a alguien, ese pequeño número reducido, estarán para cubrirme las espaldas. El número no es importante. La amistad, realmente, se mide por las actos.
Y tú, ¿pensarías que está bien dejar de lado a aquellos que te han apoyado desde el principio?. ¿Estás en el grupo que da sin recibir o en los que se quejan de no obtener lo que quieren de sus amigos?
En numerosas ocasiones, se dan casos de personas que llenan su boca de palabras para exigir pero son incapaces de mantenerla cerrada cuando alguien precisa de ellos.
Triste.
Mi vida, corta pero llena de aprendizaje, me ha dejado algo bastante claro, "Cada uno recoge lo que siembra".
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