Sin ninguna pretensión pero con todas, sin ninguna condición salvo que ahora.

domingo, 1 de abril de 2012

Distancia.

Aprendes a amoldarte. Comienzas a comprender que no es oro todo lo que reluce pero, que hay más cosas que pueden deslumbrarte. Agotas cada sonrisa descontrolada, y después, tu cara vuelve a presentar la misma mueca de siempre.

Hoy, voy a hablaros de la distancia.

Os preguntareis porque voy a tratar este tema, pues bien, he de deciros que día a día soy una de las personas que más la sufre.
Se que no soy la única que tiene a alguien lejos, alguien que realmente le importa, alguien que quisiera que estuviera más cerca. Si, se que no soy la única. También he de deciros que lo que le pase al resto del mundo, en este aspecto, me importa más bien poco.

Actualmente, llevo con una persona 1 año, 4 meses y algunos días. Ya es tiempo, ¿verdad?.
Puede que se nos fuera la cabeza al empezar, puede que en algunas ocasiones lo haya pasado mal, o incluso puede que me haya costado más de lo que os imagináis el verle tan poco. Puede que todo eso sea verdad... pero como todo, hay distintos puntos de vista y a mi el nuestro, me encanta.

Os puedo asegurar, que aunque en ocasiones sienta envidia de aquellos que pueden estar juntos más tiempo del que yo dispongo, me encanta lo que tengo. Ese día... ese día ves a esa persona y aunque tu semana haya sido un desastre ya nada importa. Reírte, reírte del tiempo. Ese rato que estamos juntos, esas horas... merecen la pena de una manera impresionante.

¿Da miedo? Pues un poco. ¿Quién te dice que vaya a ir todo tan bien como hasta ahora? Gente que permanecen juntos todos los días se terminan separando... ¿queréis que os diga que es lo que yo tengo?
Simplemente, es algo más fuerte.
Es poder estar lejos pero seguir acordándote. Es saber que aunque no le vea está ahí. Es ser consciente de que algún día, cuando todos esteis cansados de estar juntos, nosotros tendremos ese premio por haber aguantado lo duro de la distancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario